La primacía de España se dejó notar especialmente en los primeros veinte minutos de juego, en que Fernando Torres y David Villa dispararon hasta tres veces a la portería de los lusos, que apostaron por el contragolpe, especialmente por la banda izquierda con las subidas de Fabio Coentrao.
El astro portugués Cristiano Ronaldo moviéndose por todo el campo, apenas inquietó, superado por Gerard Piqué y Carles Puyol, aunque en el minuto 28, en una falta, se sacó un misil de la bota desde 40 metros, que el portero Iker Casillas no acertó a blocar y Gerard Piqué tuvo que despejar.
Con el paso de los minutos, España empezó a perderse en pases y toques horizontales, pero con falta de profundidad, incapaz de encontrar el resquicio en el muro portugués, mientras los lusos buscaban la entrada por las bandas.
Nada más iniciarse el segundo tiempo, Hugo Almeida se fue por la izquierda para acabar soltando un tiro que dio en la pierna de Puyol y a punto estuvo de entrar en la portería española (52).
Con el partido en un punto muerto, los técnicos decidieron mover el banquillo: el portugués Carlos Queiroz cambió a Almeida por Danny, mientras que Vicente del Bosque sacó a Fernando Llorente por Fernando Torres, que sigue evidenciando su falta de forma (59).
La entrada de Llorente, delantero alto y potente, sirvió de revulsivo y la Roja empezó a moverse mejor delante.
Entonces apareció Iniesta para dejar un pase al área, donde Xavi Hernández, taconeó hacia atrás para un rápido Villa que disparó, su tiro lo rechazó en primera instancia Eduardo, pero el delantero español recuperó para rematar de nuevo al fondo de la red lusa (63).
El gol fue el remedio que necesitaba España para soltarse y asentarse en el terreno de juego, mientras Portugal se jugaba el todo por el todo con las entradas de Liedson y Danny por Pepe y Almeida (72), pero seguía sin encontrar el hueco en la defensa española.
Frente a esto España se hizo definitivamente con las riendas del encuentro, controlando el balón y encontrando más espacios en las líneas de un equipo portugués obligado a atacar, sin que en nada influyera la expulsión de Ricardo Costa por un codazo a Joan Capdevila en el minuto 89.
España tuvo algunas buenas ocasiones, pero el marcador ya no se movería y la Roja se coló en los cuartos de final de un Mundial por primera vez desde el torneo de Corea y Japón en 2002.
defensa marfileño
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